Él te librará del lazo del cazador, de la peste destructora. (Salmo 91:3)

Pero él, sacudiendo la víbora en el fuego, ningún daño padeció. (Hechos 28:5)

Muchas veces uno lee en la Biblia y ve cómo Dios a protegido a hombres y mujeres, cómo los ha librado de la muerte y a pesar de eso tenemos promesas como el de "Salmo 91:3". Pero cuando está el dolor, el sufrimiento, la enfermedad, mayormente dudados de esas promesas o a veces pensamos que esas promesas era para los de aquellos tiempos.
A veces no nos damos cuenta cuando Dios nos protege, eso me pasó esta semana mientras iba a trabajar, ya hace mucho tiempo que no iba a trabajar con mis botas ya que no llovía. Una mañana resuelvo colocarme mis botas, mayormente no soy de sacudirlas pero como si alguien me dijera –sacúdelas- bueno dije las sacudí la primera y algunas piedritas salieron. Luego dije entre mi –mejor si le doy una segunda- así que esta vez la golpee al suelo con la parte del talón de la bota; para mi sorpresa un escorpión. Me asusté por un momento y luego di gracias a Dios por su protección.
Comencé a contar del milagro que el Señor había hecho conmigo, mientras lo contaba decía: –esto me hace acuerdo a la vez que Pablo le pico la víbora y no le paso nada-. Y una amiga me respondió –¿por qué no dejaste que te pique para que sea como la historia?- luego lo deje así y seguí contando a otros. Sabía que lo estaba diciendo era en broma pero me puse a pensar como respondería a eso, me di cuenta de que no pase algo malo es mejor que te pase y luego quieras tratarlo. Muchas veces estamos bien y nos olvidamos de que eso ya es un milagro.
Así que si hoy no te pasó nada malo novedoso, te pasó algo maravilloso la protección de alguien que te ama, Dios.

 
Bendiciones