Hace un tiempito atrás estuve pensando qué escribir en este espacio hasta que una noche en oración fui impresionado con el tema de "ser misionero". Se vino a mi mente: "Cada verdadero discípulo nace en el reino de Dios como misionero." Pero… ¿Dónde se encuentra esa cita?
Luego de haber terminado la oración lo comento con mi amigo que me pidió que publicara este artículo, "te cuento que ya sé de qué voy a escribir – le digo - sobre ser misionero y lo que implica." Bueno – me dice - escribe eso. Entonces amigos y amigas, lectores de este espacio, disfruten de lo que va a ser una muy bonita investigación de sus Biblias.
Una Mujer Misionera
"Cada verdadero discípulo nace en el reino de Dios como misionero. El que bebe del agua viva, llega a ser una fuente de vida. El que recibe llega a ser un dador. La gracia de Cristo en el alma es como un manantial en el desierto, cuyas aguas surgen para refrescar a todos, y da a quienes están por perecer avidez de beber el agua de la vida. (El Deseado de todas las Gentes pág. 166, la cursiva es mía). "Entonces la mujer dejó su cántaro, y se fue a la ciudad, y dijo a los hombres: venid, ved a un hombre que me ha dicho todo cuanto he hecho. ¿No será éste Cristo?" (Juan 4:28 y 29, RVR 60).
"Tan pronto como halló al Salvador, la mujer samaritana trajo otros a él. Demostró ser una misionera más eficaz que los propios discípulos." (DTG, 166)
Muchos han escuchado demasiado acerca de "la mujer junto al pozo" con Jesús, se han dado sermones, reflexiones, acerca de este tema, sin embargo muy poco se toca del tema de que ella fue una misionera, aún más eficaz, en ese momento, que los mismos discípulos de Jesús (ver Deseados de todas las Gentes pág. 166) ¿en dónde estaba la acción de ella que la hacía misionera, más eficaz? En que no quedó callada en cuanto a lo que había sucedido con ella y el Señor Jesús. De ella comenzó a salir el "agua que salta para vida eterna" (Juan 4:14), por ella "muchos más creyeron en Jesús" (Juan 4:41) y ya no solo creían por lo que había testificado ella sino que ellos también experimentaron que Jesús "es el Salvador del mundo" (vers. 42). ¿Cuántas veces no hemos bebido del agua de vida? ¿Cuántas veces hemos dicho "yo no soy misionero" o "no quiero ser misionero"?
Los Invito a que cuenten a otros su experiencias que tienen con el Señor, sobre todo recuerdan los primeros que tienen que conocer sus experiencia son los que están a su alrededor porque la mujer samaritana contó a los hombres de su ciudad (vers. 28). ¿Cuántos no perecen por no escuchar esa experiencia de que Jesús no solo obró en las vidas en un pasado sino que obra hoy también? Si al menos has leído esto hoy recuerda entonces que es tu decisión compartir lo que Cristo hizo por ti (ser un misionero) o sino avergonzar a tu Señor como lo hizo Pedro. Camparte tus experiencias, invita a otros que beban del agua de vida que es Cristo Jesús.
Ahora hemos aprendido un poco de qué es ser un misionero… ¿Eres tu un misionero?
Bendiciones.