"Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos." (Hechos 4:12)
Con los chicos del "Centro de Infractores MANA" estamos dando estudios bíblicos y en este domingo que paso nos tocaba hablar acerca del perdón de Dios. Me pareció muy hermoso decirles a ellos que Dios "no se acordara más de sus pecados" (Isaías 43:25) cuando ellos lo "confiesan" (Salmo 38:18). Estábamos comentando acerca de las veces que nos acordamos de lo que los otros nos hacen, sin embargo Dios dice que no se acordara más de ello. Quedé mirando el rostro de algunos, miraba rostros llenándose de esperanza, y luego dije: -¡el perdón de Dios es maravilloso!-
El domingo anterior mientras compartíamos me quedé un rato con Reinaldo, le pegunté como había llegado ahí y me contesto que por haber robado motos. Conversamos de otras cosas y estamos formando una amistad.
Algunos de los chicos a veces logran escapar de ahí y cada vez son pocos, o a veces los encuentran de nuevo y lo meten. Estar afuera no les asegura estar libres porque estoy viendo que algunos están experimentando la libertad ahí dentro, por eso sé que nuestro trabajo y oraciones no son en vano.
Ayúdanos tú también con tus oraciones.
Bendiciones
"La pobreza y la necesidad se ven en todos lados, y hay almas sinceras qué no saben qué deben hacer." (Evangelismo pág. 177)
Hace ya tres semanas que cambie de ciudad, por asuntos familiares, y ya encontré un lugar en el cual poder ayudar a otros a conocer de Dios.
Hace unos días atrás intentó, un joven drogadicto, apuñalar a mi hermano fue desesperante para la familia. Mientras iba a ayudar a mí hermano me preguntaba qué sería de la vida de ese muchacho y me recordó a una hermosa niña que una vez vio a unos muchachos malos y comento ella: -ellos necesitan de Jesús-. Esas palabras me hicieron pensar y sacar la conclusión de que maldad es donde hay ausencia de bondad y que no condenando que se ayuda sino supliendo esa necesidad. La presencia de Jesús en sus vidas.
Hoy en esta mañana comencé a ayudar al proyecto de esta hermana de ayudar a los presos en la cárcel de menores en, Trinidad-Beni-Bolivia. Quizás alguno de esos jóvenes se hayan drogado o robado, hasta quizás matado… pero todo eso me hace pensar de la necesidad que ellos tienen de Jesús, y la nuestra de compartir a Jesús en todo tiempo.
En el tiempo de estudio de la Biblia, dentro de la cárcel, le digo a un joven: -lee este versículo-. Él me contestó: -no sé leer-. Catorce años, de cierta forma escuchaba a Dios diciéndome que lo ayudara a que aprendiera a leer y sé que esto le va a ayudar no solo a leer un periódico o una revista sino le va a ayudar a escuchar lo que Dios quiere para su vida.
Bendiciones
